I
Ya está puesta la jácena entre nos…
Y el que tenga una viga madre tiene mucho…
Hemos tenido visiones y sueños
Y nos han hablado los Dioses (Los de Arriba y los de abajo…)
y aquí, entre nos, junto a la gente y las bestias sentimos hondo y llano
Hemos tenido presentimientos graves y enormes y calmas sensaciones de amor…
El frenesí y la furia vinieron a hacer nido en la sangre… junto con todos pecados hemos amado un poco…
Nuestras manos tienen ya asido el oficio antiguo de Maestros Sabios
Y un mínimo espacio guarda la sombra de amorosos árboles frutales y un aljibe
Sostenidas por una columnata de madera dos aguas nos esperan…
¿Qué más pedir? ¿No es este acaso el mejor tiempo para intentar la santidad?
II
Lo único santo que conozco es el amor… ese Dios de donde se desprenden las más bella luces…
Por ahí quisiera irme un día de estos cuando se agote la carne y el tiempo y sea llamado a la miasma y al Tribunal…
Ayer vinieron los de Alden y me pusieron en el lecho como un niño… dejé mis pantalones sobre la mesa de escribir y lloré sobre la almohada… es que hay pesares antiguos que sólo he dicho a Dios y que de algún modo perverso conocen los demonios…
Sí, el amor es el amigo de mi alma… el único que puede con estas muelas podridas con que hablo y canto… en esta oquedad silbadora que deja pasar los vientos del sentimiento…
pero callemos ya, el amor no tiene necesidad destas necedades, acaso sólo un beso nos demande… qué mejor psiquiatra que un ojo tierno y un beso amable en buena hora…
¡Llora, niño, un Dios te ama por dentro de la sangre…!
III
Ayer se casó la princesa y un príncipe vino a ella…
La iglesia anglicana dice que la mejor manera de amar es a la inglesa…
Y otros dicen que son los Mercedes Benz los mejores automóviles
Indestructibles y veloces… pero ¡ay! no son suficientes para guardar princesas
de la mirada funesta de los paparatsis…
Bien, ¡qué importa la vida si tenemos bodas reales y grandes circos para la pupila…!
Aunque hayan muerto los enamorados prohibidos
volverán a casarse las princesas y un sueño de hadas poblará las calles de Londres
entre el grito y los banderines…
y en todo el común mercado de los piratas se elevarán cervezas y copas de escocés
para desear a los bellos una suerte mejor que los príncipes viejos tan heridos…
tan dejados en el adorno antiguo de la sangre azul…
Todo el festejo tiene, amigos míos, el olor sangriento del oil market
Y en mi alma se duelen los oídos más hondos con el repique de los bronces de Westminster
y el ay de los muertos de Trípoli…
IV
He robado hoy cinco quetzales… me eran necesarios para poder seguir hiriendo fojas y labrando xilemas…
Por eso me he convertido en ladrón… esta vez no tomé para comprar Jayo en polvo o piedra… no… hoy no.
Las cosas más pecaminosas me las ha contado el príncipe de este mundo… ese viejo ratón que hace de minero y usurero y se sienta a tomar café con papas y reyes para repartir el pan de su amargura…
Él me ha dicho qué de malo tiene mi vida y alma… (que son lo mismo a un tiempo)…
y al hablarme viene siempre ceñudo a recordarme que estoy fuera del canon judío y católico, pero especialmente del tributario y secreto que tienen determinado los ángeles negros que celan y cercan este valle de lágrimas… por eso hoy me he robado cinco quetzales…
dos huevos y tira y media de pan francés… es necesario, pues, confesarlo
y dado que en el universo ya se sabe que soy un ladrón
poner una recompensa mayor a mi delito…
¡Sea capturada mi alma por siete dinares de amor…!
V
Cuando supe de Camus y del arte beduino y del viento monzón y el paso de las cosas
Aprendí felicidad y algo de poesía… aunque en realidad soy ignorante de mil modos
Sé bien ya que las cosas tienen su tiempo, un son exacto y una medida que varía al antojo de un geómetra mayor… El amor es el metro y la vara, caña y codo, plomo y traza, es la segur que puede herir la más grande torpeza y acaso el compás y la regla con que habré de trazar un día el templo pequeñín con el que vive enamorada el alma mía… ¿Tendré tiempo?
ÉL-ÉLLA lo saben… El Elión Elohim… Sí, son cosas que el Señora Señora ha venido escuadrando de hace mucho… Por eso mi felicidad es la del niño y el ebrio… más que la del sabio porque nada sé… Empero, ¡oh Dios…! ¿Verdad que siento?
¡Soy un pozo ciego de viejo sentimiento…!
VI
Qué importa no ser afecto a las cuestiones gremiales mayores…
y sufrir el desdén de los cultos poetas y los actores brillantes del cartel…
aquí adentro, más dentro del latido y la camisa
lejos de todas las máscaras y muecas
de los secretos sucios y las tumbas que guardan los sicarios del miedo
hay algo mayor a la fama y el deliquio… un modo de ser sencillo e infantil
ese que no tiene que consultar diccionarios y recurrir a las glosas eruditas del destiempo…
que no lleva espejo ni peineta
ese es el poeta que me habla, al que le sirvo en el amor y en el papel…
VII
Hoy es un feliz día para calzar el amor e ir por los senderos plenos deste mundo que se muere
Hoy es el día justo para mirar por dentro y medir y limpiar los establos nuestros
Hoy es un buen momento para morirse a pausas y sin gritar mayor cosa dejarnos caer en la sonrisa…
Hoy es el día, pues, no le dejemos ir sin nuestra alma…
Luis Escobedo