TALLER DE IDEAS

TALLER DE IDEAS
amar a tu niño interno

jueves, 21 de noviembre de 2013

La extraña pajarerìa

El señor Pajarian era un hombrecillo de cara simpática y sonriente que tenía una tienda de pajaritos. Era una pajarería muy especial, en la que todas las aves caminaban sueltas por cualquier lado sin escaparse, y los niños disfrutaban sus colores y sus cantos.
Tratando de saber cómo lo conseguía, el pequeño Nico se ocultó un día en una esquina de la tienda. Estuvo escondido hasta la hora del cierre, y luego siguió al pajarero hasta la trastienda.
Allí pudo ver cientos de huevos agrupados en pequeñas jaulas, cuidadosamente conservados. El señor Pajarian llegó hasta un grupito en el que los huevecillos comenzaban a moverse; no tardaron en abrirse, y de cada uno de ellos surgió un precioso ruiseñor.
Fue algo emocionante, Nico estaba como hechizado, pero entonces oyó la voz del señor Pajarian. Hablaba con cierto enfado y desprecio, y lo hacía dirigiéndose a los recién nacidos: "¡Ay, miserables pollos cantores... ni siquiera volar sabéis, menos mal que algo cantaréis aquí en la tienda!"- Repitió lo mismo muchas veces. Y al terminar, tomó los ruiseñores y los introdujo en una jaula estrecha y alargada, en la que sólo podían moverse hacia adelante.
A continuación, sacó un grupito de petirrojos de una de sus jaulas alargadas. Los petirrojos, más creciditos, estaban en edad de echar a volar, y en cuanto se vieron libres, se pusieron a intentarlo. Sin embargo, el señor Pajarian había colocado un cristal suspendido a pocos centímetros de sus cabecitas, y todos los que pretendían volar se golpeaban en la cabeza y caían sobre la mesa. "¿Veis los que os dije?" -repetía- " sólo sois unos pobres pollos que no pueden volar. Mejor será que os dediquéis a cantar"...
El mismo trato se repitió de jaula en jaula, de pajarito en pajarito, hasta llegar a los mayores. El pajarero ni siquiera tuvo que hablarles: en su mirada triste y su andar torpe se notaba que estaban convencidos de no ser más que pollos cantores. Nico dejó escapar una lagrimita pensando en todas las veces que había disfrutado visitando la pajarería. Y se quedó allí escondido, esperando que el señor Pajarian se marchara.
Esa noche, Nico no dejó de animar a los pajaritos. "¡Claro que podéis volar! ¡Sois pájaros! ¡ Y sois estupendos! ", decía una y otra vez. Pero sólo recibió miradas tristes y resignadas, y algún que otro bello canto.
Nico no se dio por vencido, y la noche siguiente, y muchas otras más, volvió a esconderse para animar el espíritu de aquellos pobre pajarillos. Les hablaba, les cantaba, les silbaba, y les enseñaba innumerables libros y dibujos de pájaros voladores "¡Ánimo, pequeños, seguro que podéis! ¡Nunca habéis sido pollos torpes!", seguía diciendo.
Finalmente, mirando una de aquellas láminas, un pequeño canario se convenció de que él no podía ser un pollo. Y tras unos pocos intentos, consiguió levantar el vuelo... ¡Aquella misma noche, cientos de pájaros se animaron a volar por vez primera! Y a la mañana siguiente, la tienda se convirtió en un caos de plumas y cantos alegres que duró tan sólo unos minutos: los que tardaron los pajarillos en escapar de allí.
Cuentan que después de aquello, a menudo podía verse a Nico rodeado de pájaros, y que sus agradecidos amiguitos nunca dejaron de acudir a animarle con sus alegres cantos cada vez que el niño se sintió triste o desgraciado.

miércoles, 20 de noviembre de 2013

EL DRAGÓN VENCIDO

Un dia un niño aspiraba a practicar artes marciales ingreso a la escuela  EL DRAGÓN VENCIDO, su aspiración ganar cintos y grados para poder pelear con un niño que lo hastiaba. Todos los días preguntaba a su maestro su avance y el maestro le decía: muy mal , necesitas esforzarte mas... El niño fue creciendo bajo la advertencia que no debía sacar el arte marcial a la calle o seria expulsado del gimnasio. Peleo con violencia y afinco para demostrar su supremacía ante otros. el maestro le decía vas lento muy lento. El tiempo paso y el joven que lo molestaba lo retaba continuamente y lo humillo quitándole a la chica de sus sueños.  Finalmente rompió su juramento y peleo de tal forma que lastimo a su nemesis, avergonzado salio de la escuela. se convirtió en un ebrio en un hazme reír. de poco en poco recobro un poco de juicio se hizo un monje. Aquel muchacho que lo fastidiaba y humillaba con el tiempo se hizo un ladrón... un dia entro a un monasterio y robo dinero al escapar lo atraparon de inmediato identifico al chico ahora monje y pensó? " ahora padeceré un castigo mas grande" ... Aquel chico humillado, Joven despechado, herido dijo: el no robo nada el dinero yo se lo di ;de inmediato lo soltaron. Aquel ladrón intrigado regreso al monasterio y le dijo: ¿porque lo hiciste? ¿no te hice sufrir lo suficiente? ¿no te hiciste borracho por mi culpa? El monje sonrió y dijo: de no conocerte jamas hubiera ingresado a una escuela, no conocería el arrepentimiento , juzgaría mal a los borrachos pues desconocería su esencia y menos seria un monje. En poco tiempo se hicieron amigos y aquel ladrón se hizo monje. Su antiguo maestro estaba a punto de morir y le mando a llamar, con voz débil dijo: Eh aquí te es conferido el mas alto grado de la escuela. " EL CORAZÓN DEL DRAGÓN VENCIDO" El monje replico ¿porque maestro? cuando entraste a la escuela  tenias un dragón dentro de ti y el mas alto grado es vencerlo. De cada gran derrota en un hombre nace una gran victoria. luego le dijo al oído vas rápido muy rápido y murió.

No escribo mucho de esta forma pero de alguna manera espero vencer al dragón interno y ser de la escuela del dragón vencido.
Romàn