TALLER DE IDEAS

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amar a tu niño interno

lunes, 10 de junio de 2013

EL JARDÍN DE LAS BESTIAS

A  la vez que sus cálidos y pútridos olores pútridos olores, transpiran santidades y pasiones groseras. Se devora ella misma y devuelve lo tragado, crea nobles artes y bélicas quimeras, y adorna la ilusión, la casa en las llamas del pecado; se retuerce y consume y degrada en los goces de feria de su mundo pueril, a todos les nace radiante y renovada, y al final se les cambia en polvo vil. Nosotros en cambio, vivimos en las frías mansiones del éter cuajado de mil cavidades, sin horas y días sin sexos y edades.

Herman Hesse

Por: Fernando Román

De regreso al jardín de las bestias
Al  escribir estas letras, no sé si embarga la tristeza o la alegría, de dejar  el jardín donde se funde lo mejor con lo peor de esta tierra.  Los reglones torcidos donde nace la bestialidad, el instinto más sin embargo, necesario fue la muerte de un justo por la transgresión de un equivocado.
Que sería  del mundo sin ese jardín… de donde nacería El cuervo o la casa de los usher, Sidartha, Don quijote…  es que cada quien lleva el poder de la maldad y la bondad dentro de sí. Más en lo bueno existe un punto de maldad y en lo malo un punto de bondad…
Me gusta aullar por la noche como lobo, es mi naturaleza… debo entender que soy muchos animales que se deben fundir en la transmutación del uno.
Tiempo atrás, esperaba que tras la cortina entraran bellos seres a mostrar la luz, hoy al ver  de nuevo la misma cortina no espero a nadie.
Entre los hierros y la pestilencia del lugar
En sueños me visito un pequeño jaguar acompañado de dos artistas. Un jaguar asustadizo y cachorro que puse en mis brazos, protegido por un león sin dientes que una mujer mato.
¿Pregunte? Porque lo mata y me respondió: quiso atacarlo entonces confundido le dije si pero el solo protegía al jaguar, respondiéndome: en esta casa se debe aprender que aunque se ame a los animales si se ataca a un humano debe morir… en silencio me dije: hubiese sido mejor jamás estar aquí. Al tocar el jaguar me traslade  a una ciudad asolada por la oscuridad más terrible con un olor pestilente. Y dije ¿dónde me encuentro? Abrigado con una sábana ingrese a una casa donde hombres mujeres y niños se asustaron… No teman les dije. Como si fuese encomendada una misión. De poco en poco vestía ropas de sufí y les mostré el camino. Al salir un hermano de la luz me dijo no pises esa tierra esta maldita. Entonces pude ver un árbol partido y ¿pregunte? Me dijeron es el árbol del olvido quien rodea el árbol olvida de donde vino. Es un árbol con la maldición de quien lo rodea pierde la memoria de sí mismo; Me recordó a los esclavistas y los santeros… con gran ira clave mis lanzas en tierra y un gran poder rojo de maldad, de pactos de sangre casi me vence, pidiendo ayuda de lo más hondo de mi ser, los rayos se hicieron azules el árbol quedo partido por la mitad y la tierra llamada maldita empezó a florear de nuevo.
Con satisfacción quite el árbol de lugar y solo pude ver un amuleto desfigurado y grite a gran voz: que se convierta en leña y se encienda el fuego sagrado.
Al despertar:
Rodeado de esas jaulas humanas retorcidas ,me di cuenta que mi tos era más profusa y mi ojo lo rodeaba el pus. Entonces pude ver a los habitantes del jardín de las bestias con los ojos del amor…
Me sentía como el sufí de mis sueños, se abrió la cortina y salí los míos no estaban, tampoco los esperaba… solo mi padre que lloraba por la calle y me dije una parte de mi sale fuera y otra queda por siempre en ese lugar.
Hoy enfermo, escribo estas líneas sin olvidar que el cuerpo físico es efímero aire y polvo, pero salgo con  un cuerpo astral blanco como las ropas del sufí. Con una nueva visión… cuelga de mí un gran pesar pero el camino de los caballeros requiere el sacro oficio, el sacrificio. La hoguera de los Dioses.

Dedicado a todos aquellos viajeros que pernoctan en el jardín de las vestías.

A mi querido amigo e hijo que no sé nada de él y a mis dos princesas que hace mucho no las veo.

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